Todos anhelamos una vida plena y con sentido más allá del subidón fugaz de una felicidad hedonista basada en buscar meras experiencias o emociones.

Los estudios desde la Psicología Positiva de Seligman, Peterson y otros desde los años 90 concluyen que la persona feliz es aquella que decide ser feliz; es decir, que la felicidad es la consecuencia de una serie de elecciones libres y no forzadas que contribuyen a ello.

También que es el resultado de un proceso, no una meta en sí misma. Por tanto, los estudios sobre las claves del bienestar son multidisciplinares y destilan qué tipo de elecciones hacen las personas que se consideran felices.

En diez años Seligman cambió su objeto de estudio: pasó de estudiar la felicidad (1999) a estudiar el bienestar (2010). No es que sean sinónimos, sino que generar factores para el bienestar termina produciendo felicidad.

Por tanto, la “ciencia” o el “arte” del Bienestar es una descripción muy pormenorizada de lo que las personas eligen libremente para incrementar su bienestar. Y apelando a nuestra enorme neuroplasticidad es algo que también se puede aprender a lo largo de la vida, independientemente de la percepción que tengamos en un momento sobre nuestro grado de bienestar, de nuestra cultura, de los valores familiares, de nuestro carácter y genética. Si se puede aprender también se puede enseñar o educar.

Así concretó Seligman su modelo PERMA del Bienestar: a partir del desarrollo de cinco pilares en la vida de todo ser humano se puede conformar una vida llena de bienestar y con una sensación de plenitud: emociones positivas, compromiso, relaciones, propósito y logro.

Fortalezas Humanas, pasos hacia el Bienestar

Las Fortalezas del Carácter (Seligman y Peterson) son virtudes, valores y capacidades que todos los seres humanos tenemos y que cuando las actuamos nos sentimos más competentes, eficientes, inspirados y vitales. Es decir, funcionamos en un umbral de mayor eficiencia y autorrealización. Estas 24 Fortalezas son caminos hacia el bienestar y hacia una vida plena y con sentido, hacia una felicidad entendida más como un estado de conciencia perdurable y no como una volátil emoción que sólo sentimos en ocasiones.

Nos debatimos entre el ejercicio por encajar y adaptarnos en la sociedad y el de ser nosotros mismos. Encajar puede ser necesario, pero por sí mismo no es algo que nos inspire a desarrollar lo mejor que somos. Lo que realmente nos aporta plenitud es desarrollar lo que Esencialmente somos. Es el Ser y no el hacer lo que nos aporta gozo.

Por tanto, la Felicidad es la consecuencia de desarrollar las capacidades, talentos y fortalezas del Ser. O dicho de otro modo: el bienestar es necesario no por estar “mejor” o más “a gusto”, sino porque genera las condiciones óptimas para desarrollar nuestras capacidades. Y por tanto mejora la eficacia de los aprendizajes, la performance de los alumnos, las relaciones humanas en los Centros y permite el despliegue de niveles superiores de innovación, creatividad y servicio en las instituciones educativas.

Bienestar: asignatura pendiente en educación

Dada la importancia de estas constataciones uno se pregunta si es necesario, deseable y posible aplicarlas a la Educación.

Es decir, si dado que el bienestar y la realización es la más alta aspiración humana, ¿no debería ser también el más alto sentido de la educación?

Que el bienestar es algo necesario y hasta esencial en la vida de los colegios y centros educativos es indiscutible, sobre todo después de que las Neurociencias hayan demostrado que se aprende más y mejor en entornos de bienestar emocional, a través de lo lúdico, del juego, de la auto motivación y la curiosidad que desde la exigencia de la autoridad académica.

Sin embargo, la realidad es que la mayoría de las instituciones educativas son presa de los contravalores de nuestra sociedad: presión, estrés, ambientes emocionalmente tóxicos, conflictos, exceso de horas y contenidos, ritmos acelerados, aulas que son espacios anti-aprendizaje, etc.

Y es que con el plan de riesgos laborales de cada centro no basta, con planes que mejoren la convivencia o eviten el bulling no basta. La mejor prevención es un Plan Integral de Bienestar de Centro que vertebre transversalmente la vida y el ser del centro, y en el que deben sentirse protagonistas todos los agentes educativos: alumnos, docentes, familias, sociedad.

Cambios necesarios 

Claro, que llevar las bases del bienestar a la escuela sólo es posible si se produce una verdadera transformación:

1º) A través de un cambio de paradigma, de cultura educativa que contemple el Bienestar, lo aprecie como necesario factor de humanización y transformación innovadora, lo valore, lo haga posible y lo fomente. Porque el bienestar no es sólo “estar bien”, es generar las condiciones adecuadas para aprendizajes auténticos que inviten al desarrollo de la identidad y del Ser de los alumnos, el desarrollo gozoso y respetuoso de lo que realmente son.

2º) La implementación de recursos y medios donde esa nueva cultura innovadora del bienestar puede desarrollarse, organizando los espacios y los tiempos a la escala del bienestar humano, proveyendo los medios adecuados para la germinación de las capacidades, potencialidades y fortalezas humanas.

Microrevoluciones

No parece que una revolución a gran escala vaya a traer el necesario cambio, sino más bien esa revolución silenciosa, del día a día, a través de la que muchos docentes y centros van cambiando su enfoque a partir de su propia experiencia, descubrimiento y de la divulgación e intercambio de buenas prácticas.

Es toda esa corriente, dentro de la propia educación, que percibe su obsolescencia por los vertiginosos cambios de nuestra sociedad, y que hacen de ella algo anacrónico, impráctico y poco útil.

La misma inquietud de docentes, alumnos y familias que anhelan y trabajan por la educación que necesitamos en el arranque de este siglo XXI, para que nos aporte herramientas con las que afrontar de manera creativa los grandes retos actuales, que nos permitan el despliegue del potencial humano de manera gozosa; que la escuela sea un lugar donde los niños y jóvenes conforme crecen y maduran quieran seguir yendo a aprender, porque sienten que la escuela es el lugar vivo del Aprendizaje necesario, pertinente, significativo, útil y contextualizado.

Ecosistemas humanos de felicidad y bienestar

Cuando un ser humano despierta y trabaja en su madurez emocional cambia su vida a mejor y también el mundo que le rodea: su familia, amistades, empresa y demás Sistemas de relaciones.

Hay líderes positivos que transforman instituciones y empresas. El mundo de la empresa es hoy día el más preocupado por el bienestar y la felicidad, porque no sólo es rentable sino que genera ecosistemas corporativos más resilientes, innovadores y que aportan más valor a la sociedad.

No se trata de que los empleados sean más felices para mejorar la productividad de la empresa, sino que la empresa se preocupe y desarrolle responsablemente planes de bienestar para alcanzar una cultura de bienestar corporativa que transforme la empresa, generando un ecosistema más sano emocionalmente, que promueva y difunda valores… Y que retenga el talento y permita su mejor expresión.

El ecosistema de una empresa o institución es el conjunto de factores físicos y humanos que permiten su funcionamiento óptimo; y ello no se reduce a ser rentable. La gestión del talento es algo que cada día más preocupa a las empresas, porque son las personas las que accionan la “maquinaria”, las que hacen de ella algo vivo, las que funcionando en un sistema de relaciones generan cierto clima que puede ser potenciador u obstaculizador del bienestar.

El talento que mueve la Educación lo ponen los maestros, profesores y educadores.

Generando ecosistemas educativos de bienestar y felicidad

Si el fin primero y último del ser humano es desarrollar gozosamente su potencial, salir del sufrimiento y aumentar el conocimiento de sí mismo construyendo un sentido en su propia vida, sería éste el primer principio de la Educación. Y no el de subordinar su función a las necesidades de la economía y la empleabilidad. Es decir, si la Educación tiene un “para qué”, si tiene un sentido, éste es el de permitir, fomentar, inspirar y custodiar el desarrollo de seres humanos maduros y felices.

Es obvio que aún nuestra normativa educativa, ni el paradigma que se desprende de todas nuestras leyes en este ámbito, están cerca de ello.

Pero sí puede ser asumido por centros e instituciones cuyos docentes estén sensibilizados en el papel transformador que el bienestar ejerce en el cambio del paradigma Educativo. Algunos pasos para su implicación podrían ser:

  • Conocer sobre Bienestar y Felicidad, decidiendo si queremos asumir el proyecto de llevar este paradigma a la Educación.
  • Desarrollar una vida competente en los principios del bienestar y la felicidad.
  • Que sea un objetivo asumido de manera colectiva para generar una verdadera cultura de Bienestar que impregne el centro.
  • Que esté implicada la directiva del centro con un adecuado liderazgo positivo (basado en la madurez emocional), que sea inclusivo, fomentando la participación de todos.
  • Que forme parte de su “para qué”, de su visión y su misión.
  • Que forme parte de la vida del centro y se manifieste en su funcionamiento y sus actividades de manera congruente y coherente.
  • Que sus principios inspiren el Proyecto Educativo y demás planes y documentos del centro. Que sea “letra viva”.
  • Crear una comisión para el bienestar y la felicidad que aliente, movilice, invite e inspire.
  • Garantizar la participación de todos en esa comisión.

Bibliografía, webgrafía y enlaces de interés:

Modelo Perma:

https://psicologiaymente.com/psicologia/modelo-perma

https://lamenteesmaravillosa.com/modelo-perma-teoria-del-bienestar-en-que-consiste-y-como-nos-ayuda/

Fortalezas:

https://franciscoriquelme.com/educacion-basadas-en-fortalezas/

Felicidad:

Bolaños-Domínguez, R. E. y Ibarra-Cruz, E. (2017). La psicología positiva: un nuevo enfoque para el estudio de la felicidad. Razón y palabra, 21(96), 660-679.

Seligman, Martin E. P. (2002). La auténtica felicidad (Authentic Happiness: Using the New Positive Psychology to Realize Your Potential for Lasting Fulfillment). New York: Free Press. ISBN 0-7432-2297-0.

Seligman, Martin E. P. (2011). Florecer. La nueva psicología positiva y la búsqueda de bienestar (Flourish: A Visionary New Understanding of Happiness and Well-being). New York: Free Press, ISBN 978-1-4391-9075-3.

Ibañez, Pilar (2021). Ecosistema de bienestar y felicidad corporativa: Resiliencia y la creación de una nueva era de líderes de contagio positivo.  Ediciones de la U.

https://es.scribd.com/book/510554209/Ecosistema-de-bienestar-y-felicidad-corporativa-Resiliencia-y-la-creacion-de-una-nueva-era-de-lideres-de-contagio-positivo

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