Parecerse a una celebrity porque vas por la calle y una mujer grita tu nombre, como si fuera el anuncio ese en el que se dice “George Clooney is inside”. Entonces te das cuenta que es una alumna de hace algunos años. Me dice emocionada que se alegra mucho de haberse encontrado conmigo. Y que me recuerda con mucho cariño, porque era el mejor profesor que ha tenido.  Te confiesa que se sintió escuchada y cuidada, que le ayudaste a ser mejor en sus momentos difíciles, que eres un referente para ella.

Y entonces te sientes el mejor profe del mundo.

Y el agradecimiento es mutuo. Le doy las gracias por su admiración y cariño.

Porque esta profesión también tiene momentos duros. Y su abrazo recompensa tantos esfuerzos de años por mejorar como persona y como docente.

Y entonces caes en la cuenta de que hay siembras que también son cosechas. Y otras veces se siembra en un tiempo y se recoge en otro. A veces lo vemos y otras veces no.

No hay nada más valioso para un docente que dejar una huella en el corazón de sus alumnos. Y ver que con esa leve inspiración ellos van creando una vida bella, única, plena y significativa; su propia vida.

Foto de Unsplash. Autor: Tsunami Green.

Gracias a todos mis alumnos. A los de ayer, a los de hoy y a los de mañana. Porque sigo aprendiendo y ellos me hacen mejor cada día.
Siento un profundo agradecimiento por contribuir y ser útil desde la Educación, sobre todo si desde quienes somos invitamos a otros a recorrer su propio camino inspirando sus pasos.
Creo estar sintiendo con esta vivencia aquello que Steiner nombra como “la Economía de las Caricias”, con la que todos “ganamos”.

Que alguien nos reconozca, nos invita a reconocernos a nosotros mismos, desde la luz que somos en todo su potencial, más allá de toda debilidad y error, esperando la oportunidad de ser plasmada en la vida.
Cada docente comprometido con sus alumnos, lo sepa o no, seguro tiene a esos alumnos que lo eligen como el mejor profe del mundo.
Cuidémonos para poder cuidar en el aula lo más sagrado: su interioridad, su autoestima y la construcción de quienes son y quienes quieren llegar a ser.
Los alumnos nos aprenden.
Creo en el poder que tiene la educación para dar alas a las personas que van a cambiar el mundo.

Dejémosles caricias y no cicatrices…

Imagen de portada: Unsplash, Rod Long.

 

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