
Ha surgido una nueva estrella en el deporte. El joven Carlos Alcaraz, con solo 19 años, ha derrotado a jugadores de la talla de Rafa Nadal o Djokovic. Zverev, tercero en el ranking mundial del tenis, parece que salió ya derrotado de antemano a la final del Madrid Open (8 de mayo de 2022) contra Carlitos; con la certeza de que no lo podría ganar.
Todo el mundo habla de Carlitos, de su eclosión siendo tan joven. Me toca más de cerca por conocer y haber vivido mi familia en el pequeño pueblo murciano de El Palmar por 40 años, el lugar donde se crió este crack del tenis. Vamos conociendo que detrás de este éxito deportivo tan extraordinario hay muchos años de dedicación, disciplina, entrenamiento, constancia, sacrificio y sobre todo mucho empeño.
LO QUE NOS INSPIRAN LOS CAMPEONES
Sentimos una gran admiración por estas personas, ya sean atletas, artistas o científicos, que hacen cosas que nos parecen extraordinarias y cumplen un sueño.
Y vemos que detrás hay una práctica deliberada de mejorar día a día, en cada entrenamiento. Y nos inspiran al perseguir de esa forma tan vehemente, con esa fuerza de convicción, un determinado objetivo en la vida.
La cuestión es si más allá de la admiración deportiva o social que nos despiertan somos capaces de extraer claves para nuestra propia vida; algo que nos sirva a cada uno de nosotros para hacer lo mismo, pero en el contexto de nuestra vida, en el campo de lo cotidiano, en la construcción de una vida significativa, con sentido y de la que obtengamos una sensación de plenitud.
NUESTRA VIDA ES EXTRAORDINARIA
Porque podemos caer en la trampa de compararnos con «ellos» y considerar que su vida es extraordinaria y la nuestra no tanto, que han tenido suerte y nosotros no tanto, que les ha ido bien y a nosotros menos, etc.
Y no es así. Toda vida humana es extraordinaria en sí misma. La cuestión es como observamos nuestra vida, como la consideramos. No es necesario tener fama, reconocimiento, batir un récord, ir a las Olimpiadas o ganar un campeonato. Pues todos tenemos problemas, objetivos a alcanzar, podemos plantearnos retos con los que crecer y madurar en el “torneo” de nuestra vida.
Si no estamos conformes con las circunstancias que estamos viviendo, asumamos que han sido el resultado de nuestras propias elecciones. El error es necesario para el aprendizaje, dejemos de culpabilizarnos y aprendamos de él. Ya que cualquier situación que atravesamos porta un aprendizaje. Así que asumámoslo; todo lo que nos pasa es como si lo hubiéramos elegido; porque en cierto sentido es así. Es justo la lección de vida que necesitamos aprender para madurar y ser mejores personas. Porque la Vida es la «Escuela» con mayúsculas, es el «Torneo» definitivo, la meta y el camino hacia nosotros mismos.
La vida de cada uno de nosotros, esta vida pequeña, es tan extraordinaria como la del que más. Se trata de que nosotros mismos la asumamos así y actuemos como personas extraordinarias en una vida extraordinaria.
MARCA UN RUMBO EN TU VIDA QUE TENGA UN PROFUNDO SENTIDO PARA TI
Que eso implica entrenamiento, dedicación, esfuerzo, resiliencia, gestión emocional, mantener el objetivo en nuestra cabeza y en nuestro corazón, empeñarnos y seguramente sacrificar algunas cosas. Ni más ni menos que lo que cualquier campeón al que admiramos hace.
«Un barco que no tiene rumbo no llega a ningún puerto», decía Seneca.
Que la admiración que despiertan todos estos campeones sea una inspiración para nuestra propia vida.
Escuchemos a nuestro corazón y que éste nos guíe hacia ese camino que para nosotros tiene un profundo sentido y con el que nos realizamos; a la vez que contribuir a una causa más amplia, que nos supere, que nos permita desplegar una actitud de servicio a nuestro alrededor. Miremos qué podemos hacer por los demás. Pues contribuir al bien de los demás nos genera felicidad. Y que con el paso de los años se vaya llenando nuestro corazón de esa sensación de que la vida, nuestra vida, es extraordinaria y ha merecido la pena.
Enfrente, al otro lado de la red, vas a tener al jugador más fuerte de todos; tú mismo: tus miedos, tus inseguridades, el recuerdo de tus fracasos, tu baja autoestima y todo lo que trata de boicotearte.
DESCUBRIR NUESTRO MAYOR ENEMIGO
Tu mayor enemigo eres tú mismo. Así que nuestro entrenamiento constante es para superarlo y que ese «alter ego» no nos robe la «victoria». Ya asumía el valor de esa victoria Calderón de la Barca cuando decía: «La mayor victoria: el vencerse a sí mismo». Ideas parecidas recogen otros sabios clásicos: «La victoria más grande e importante es conquistarse a sí mismo» (Platón), «Dos veces vence quien en la victoria se vence a sí mismo» (Séneca).
Nos emocionan mucho las historias de superación. Y la mayor historia de superación que podemos escribir en la vida es la propia. Einstein pensaba que «Quien supera una crisis se supera a sí mismo sin quedar ‘superado».
Descubrir a nuestro mayor enemigo es dejar de culpar a los demás o al destino de lo que nos pasa y hacernos cargo, responsabilizarnos de nuestra propia vida, madurar en definitiva.
DEJAR DE CAMINAR SOLOS Y CAMINAR ACOMPAÑADOS
Carlitos, el campeón, al recoger el premio del torneo de Madrid dijo una frase que casi pasó desapercibida: «Hoy me he levantado mal, pero tengo a un equipo conmigo que me ha puesto las pilas para alcanzar esto». Y es que el equipo es muy importante. Nuestro equipo son las personas que nos ayudan, que nos alientan, nos inspiran, nos apoyan y confían incondicionalmente en nosotros. Rodeémonos de personas así, positivas, comprometidas, cariñosas, consideradas, llenas de valores y amigos en los que podamos confiar. Fomentando la amistad, desde relaciones sanas, rectas, claras y basadas en la confianza mutua podemos llegar más lejos que si caminamos solos.
CLAVES PARA LA VIDA QUE APRENDER DE CARLOS ALCARAZ (Y MUCHOS OTROS)
- Persigue lo que crees que es una contribución de valor para el mundo y para ti mismo.
- Une pasión y vocación para ser imparable. Regala a todos aquello que te hace único y que nadie más va a dar (o nadie lo hará como tú).
- Pásatelo bien; disfruta el camino.
- Cree en ti o nadie más lo hará.
- Sé atrevido; ten coraje. Ahuyenta los miedos.
- Trabajo, trabajo, trabajo… mucho trabajo.
- Más trabajo… Y perseverancia, constancia, resiliencia (lo siento; es así).
UNA CLAVE PARA LA CRIANZA Y LA EDUCACIÓN
Ver a Carlos Alcaraz acompañado por sus padres en los partidos dice mucho del papel que ellos están aportando a su éxito. Y lleva a preguntarnos, ¿Cómo sería aplicar a la crianza y la educación el tratar a los hijos y alumnos como si fueran extraordinarios? Porque realmente lo son; independientemente de que cada uno es especial y único a su manera.
Apreciarlos por lo que son, en sí mismos, creer en cada uno, permitirles desarrollar desde lo genuinos que son sus talentos y capacidades en atmósferas emocionalmente positivas, acogedoras, generando un apego seguro, confiable, desde relaciones que no sean sólo basadas en el deber o el hacer sino aquellas que permiten la mirada para ser; son actitudes que permiten esa Economía de las Caricias que propone Claude Steiner para insuflar en las vidas humanas el reconocimiento intrínseco del otro en las relaciones a través de gestos de aprecio.
Esta manera de relacionarnos impele a lo mejor del otro para darlo en el juego de espejos que son las relaciones. Así podemos generar entornos relacionales más ecológicos basados en el halago, el reconocimiento; y no en la crítica, el juicio o la etiqueta que parten de una mirada sesgada del otro (y por tanto de uno mismo).
Autoreconocerse en la propia grandeza nos lleva a poder reconocer al otro en su grandeza. Damos a los demás lo que somos.
EL IMPULSO DE PERSEGUIR UN IDEAL, UN PROPÓSITO, UN SUEÑO
Afirmaba Viktor Frankl que no es una vida tranquila y segura lo que nos aporta felicidad, sino la tensión creativa de recorrer la distancia que nos separa de un ideal y tratar de alcanzarlo con todas nuestras fuerzas y empeño.
Nadie quiere vivir una vida a medias.
¿Quién eres? ¿Cuál es tu naturaleza? ¿Qué te apasiona? ¿Cuál es tu camino, tu misión? ¿Qué tiene sentido y significado para ti?
La felicidad no es una emoción, es un estado de conciencia.
Se nos olvida que somos estrellas y que nuestro estado natural es brillar juntos en una galaxia de estrellas.

Foto: Francisco Riquelme
Foto de portada: Carlos Alcaraz en el Mutua Madrid Open 2022. (Reuters)