Nos pusimos la tercera dosis de la vacuna en Cartagena a primeros de Enero. Tuvimos que hacer cola. Había mucha gente (pasaban cientos en cada hora) pero se notaba mucho civismo, calma, paciencia y colaboración.

Delante de nosotros tropezó una señora y enseguida fueron 4 personas a ayudarla. Los encargados del operativo la pasaron a vacunar directamente. Nadie se quejó ni protestó.

Son pequeñas cosas, gestos; pero habla de todos nosotros como sociedad, como Humanidad. Y contrasta con el ruido de las noticias en las que los políticos se pelean y no cooperan, sucesos desastrosos, hechos dramáticos. Y tantas cosas que son puntuales pero que por ser “noticiables” se sobredimensionan.

Y parece que el retrato del mundo sea el telediario. Y no es así. No está todo tan mal. Hay una madurez en las personas que se expresa sobre todo cuando es necesario (se expresa una Naturaleza Esencial cuando surge una crisis, una emergencia o su necesidad). Y esta sensación genera mucha Esperanza en el futuro de todos. Tener conciencia del Bien Común es otra manera de integrar la Dualidad en nosotros (seamos conscientes de ello o no)…

Me viene el recuerdo también de la amabilidad y alegría con que atendían las enfermeras que pinchaban las vacunas. Llevaban toda la mañana y la tarde allí y no se les notaba cansancio alguno. Todo el operativo estaba organizado con mucho orden. Pero un orden sin rigidez pues todo fluía fácilmente. El enorme espacio estaba lleno de arbolitos de navidad y figuritas navideñas de renos, Papa Nöel, duendecillos… porque por la mañana habían vacunado a niños.

No era del todo consciente allí, porque uno estaba más en la “tarea”, pero ahora me doy cuenta de que en todo el operativo estaba presente el manto de la intención del servicio, por el que más allá de un sueldo y un trabajo, los implicados sanitarios y de Protección Civil estaban aportando lo mejor a la sociedad de manera impersonal.

El vacunódromo es un espacio comercial que hace años no se usa y el dueño lo ha cedido cuando ha hecho falta.

Me acordé de Eduardo Galeano, y pensé: «Son pequeñas cosas que hacen muchas personas con responsabilidad y profesionalidad, que aportadas desde el Corazón conectan con la necesaria conciencia de Común Unidad en este Planeta en crisis».

Agradecidos de haber recibido la vacuna.

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